sábado, 4 de febrero de 2012

La barrendera de la plaza Bolívar


La barrendera de la plaza Bolívar recorre el perímetro cuadricular con su escoba. Con un movimiento rítmico y repetitivo ensaya la melancolía de su juventud. Luego, arrastra la bolsa negra y continúa con la danza límpida. La barrendera de la plaza insiste en el ejercicio hacendoso mientras los transeúntes arrastran sus pasos monótonos y saludan la estatua ecuestre del Libertador. Las fuentes se activan, resuenan las campanas de la catedral y yo observo a la barrendera alejarse cada vez más. Al fondo sólo se oye el bullicio de una tarde caraqueña cualquiera.

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